12 julio 2010

El idioma Español y Lengua Mexicana

214  Trabajo publicado en Noroeste el 11 de junio de 2000
Corregido y publicado en “La Página del Idioma Español” www.elcastellano.org  2003

El Idioma Español y la Lengua Mexicana                             por Arturo Murillo M.
                                                                                                  
 Este trabajo lo hice en inglés para mi sobrino Marco Antonio Márquez Murillo, postgrado en Columbia University que batalló con aquel idioma y aquella gente.

Para promover la hispanidad, o por lo que fuere, el gobierno de España determinó que el castellano sería el idioma oficial del país y que en adelante se llamaría español. Como si el vascuence, el catalán y el gallego no fueran igualmente españoles.
Cuando los conquistadores subyugaron la costa de Veracruz, el altiplano y el valle del Anahuac los llamaron la Nueva España y procedieron a enseñar a los nativos tanto su lengua como su repudio al trabajo. También los obligaron a ser reverentes, sumisos y corteses. Los mexicanos se desquitaron volviéndose cortesanos e inventando una nueva lengua que se ve y oye como español pero es muy diferente.
El español es el idioma de la soberbia. Es rígido, áspero, estructurado. El mexicano es la lengua de la vanidad. Es flexible, sutil, frívolo. El español es para expresar la fe en Dios o el amor a una mujer. Puede esperar, odiar y rabiar. El mexicano, en cambio, es supersticioso y cachondo. Puede ser astuto pero solamente sabe desear, despreciar y resentir. El uno es de lujuria y pasión mientras el otro es de picardía y calentura. El primero es el idioma del honor, la lealtad y los ideales. El segundo es de la apariencia, la amistad, el compadrazgo y las quimeras. Así, el uno es de lo importante, urgente e inaplazable y el otro es del no te fijes, mañana te digo y ay se va. El español es blasfemo y profano y el idioma apropiado para la venganza y el remordimiento. El mexicano es grosero y burlesco pero es el indicado para el perdón y olvido.
Los mexicanos preguntan, contestan y forman sus oraciones de tal manera que lo que acontece en ellas, la acción de las mismas que está en los verbos, se esconde. Para no comprometer ni al que habla ni al que escucha, los mexicanos usamos los modos imperativo e indicativo solamente en los verbos auxiliares. Preferimos poner los verbos de lo que realmente decimos en infinitivo y gerundio, modos que les quitan la fuerza volviéndolos adverbios y adjetivos. También abusamos, más allá de toda discreción, de las formas reflexivas. Decimos cualquier cosa para evitar la expresión llana de un hecho, observación u opinión.
A la pregunta: ¿Qué horas son?. Jamás oirás a un mexicano contestar: “No sé”. Diría en cambio: “No sabría decirle.” Que desde luego quién sabe qué significa.
El letrero en la escalerilla de un autobús no se lee: “Fíjese donde pisa” Una orden directa en imperativo para quienes abordarían. En mexicano el letrero dice. “Por favor tener cuidado con los escalones” En donde no hay sujeto ni predicado y la frase se antecede con una suplica. O bien diría: “Cuidado con los escalones” en donde no se sabe quién lo habría de tener.
Los mexicanos no escribimos un oficio diciendo: “Informo que la casa se derrumbó” Diríamos: “Por medio de la presente, nos tomamos la libertad, en esta fecha, de dirigirnos a esa superioridad para informar que la casa, de la que recibimos comisión para revisar, parece que ya no es. Sufragio efectivo, no reelección”
Si en español dices a una joven: “Te ves hermosa esta tarde” Ella te daría las gracias.
La misma expresión en mexicano obligaría a la muchacha a evaluar tu tono de voz, verte a los ojos, observar el lenguaje corporal y decidir si no hay intenciones escondidas en la flor. Pasados estos obstáculos, enseguida tendría que descifrar si dices que se ve hermosa siempre y lo dices esta tarde o si solamente luce hermosa esta tarde pero en ninguna otra. No tendría tiempo de agradecer el cumplido.
Me ofrecieron un programa de computación que traduce del español al inglés. Desde luego que lo rechacé. Puede que el programa haga lo que promete mas yo nunca lo sabré. De lo que sí estoy seguro, ya que es lo que hablo, es que jamás de los jamases nunca traduciría del mexicano.
He oído que una palabra en chino tiene tantos significados como la manera en que se pronuncia o el contexto en que se usa. El mexicano comparte esta calidad por lo que es solamente para iniciados. Por estas razones el mexicano es muy difícil de aprender. Es que en realidad es chino pronunciado diferente.

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